En una madrugada silenciosa de liquidación, contemplo el gráfico de velas distorsionado en la pantalla de mi teléfono y no puedo evitar soltar una sonrisa amarga. Lágrimas caen silenciosamente, resbalando por la línea de carga, y finalmente comprendo que el Mercado ya ha escondido la clave de supervivencia en diversos indicadores, y que me ha llevado años entenderlo realmente.
Retrocediendo a principios de otoño de 2021, cuando el precio de Bitcoin alcanzó su pico en 67,800 dólares, mis ganancias no realizadas superaban los 3.7 millones. Sin embargo, en medio del bullicio de todos diciendo "salir cuando pase de 100 mil", me atrajo el indicador RSI, y un escalofrío recorrió todo mi cuerpo: aunque el precio alcanzaba nuevos máximos, el indicador había caído un 28 % respecto a los picos anteriores.
El término "divergencia en la cima" como una espada atravesó rápidamente mi defensa. Cuando finalmente decidí cerrar la operación, mis dedos temblaban sin parar, presionando mal tres veces el botón de confirmación. Al día siguiente, el Mercado cayó un 53 %, como había previsto.
Las notificaciones de liquidación del exchange llegaban sin parar a mi teléfono, y me desplomé en la silla, empapado en sudor frío. Tras 7 años de altibajos, finalmente entendí y adopté dos reglas de hierro:
Primero, la divergencia en la cima debe ser una señal de caída. Cuando Dogecoin subió a 0.33 dólares en 2023, el RSI solo alcanzó el 23 % respecto a los picos anteriores. En 2024, tras el primer cruce dorado de PEPE, apareció inmediatamente una brecha en el indicador. Cada vez que el precio estaba en niveles altos y el indicador se contrayó, no dudaba en cerrar la operación y salir.
Segundo, la divergencia en la base debe ser una señal de entrada. Cuando Ethereum cayó a 1520 dólares el año pasado, aunque en el gráfico semanal se marcaba un nuevo mínimo, el RSI rebotó un 38 %. Además, al observar signos de Ballenas acumulando durante 16 días consecutivos, decidí entrar en varias fases. Dos meses después, la explosión del ecosistema Layer 2 me permitió obtener beneficios precisos.
Pero la verdadera sabiduría en Operar va mucho más allá. Mi experiencia práctica me enseña que hay que usar velas de 15 minutos para determinar la dirección a corto plazo, el ciclo de 2 horas para analizar la fuerza o debilidad, y el gráfico diario para identificar la tendencia general. Además, cuando aparece un cruce dorado, siempre espero con paciencia la segunda confirmación, combinando los datos de tendencia del exchange para tomar la decisión final.
En este mercado de encriptación que cambia en un instante, solo aprendiendo, observando y adaptándose constantemente, se puede encontrar un lugar firme en medio de las mareas turbulentas. Cada ganancia y pérdida es un paso importante hacia la verdad del Mercado.
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
14 me gusta
Recompensa
14
4
Republicar
Compartir
Comentar
0/400
BloodInStreets
· hace23h
tontos siempre solo saben comprar en la cima y vender en el fondo
En una madrugada silenciosa de liquidación, contemplo el gráfico de velas distorsionado en la pantalla de mi teléfono y no puedo evitar soltar una sonrisa amarga. Lágrimas caen silenciosamente, resbalando por la línea de carga, y finalmente comprendo que el Mercado ya ha escondido la clave de supervivencia en diversos indicadores, y que me ha llevado años entenderlo realmente.
Retrocediendo a principios de otoño de 2021, cuando el precio de Bitcoin alcanzó su pico en 67,800 dólares, mis ganancias no realizadas superaban los 3.7 millones. Sin embargo, en medio del bullicio de todos diciendo "salir cuando pase de 100 mil", me atrajo el indicador RSI, y un escalofrío recorrió todo mi cuerpo: aunque el precio alcanzaba nuevos máximos, el indicador había caído un 28 % respecto a los picos anteriores.
El término "divergencia en la cima" como una espada atravesó rápidamente mi defensa. Cuando finalmente decidí cerrar la operación, mis dedos temblaban sin parar, presionando mal tres veces el botón de confirmación. Al día siguiente, el Mercado cayó un 53 %, como había previsto.
Las notificaciones de liquidación del exchange llegaban sin parar a mi teléfono, y me desplomé en la silla, empapado en sudor frío. Tras 7 años de altibajos, finalmente entendí y adopté dos reglas de hierro:
Primero, la divergencia en la cima debe ser una señal de caída. Cuando Dogecoin subió a 0.33 dólares en 2023, el RSI solo alcanzó el 23 % respecto a los picos anteriores. En 2024, tras el primer cruce dorado de PEPE, apareció inmediatamente una brecha en el indicador. Cada vez que el precio estaba en niveles altos y el indicador se contrayó, no dudaba en cerrar la operación y salir.
Segundo, la divergencia en la base debe ser una señal de entrada. Cuando Ethereum cayó a 1520 dólares el año pasado, aunque en el gráfico semanal se marcaba un nuevo mínimo, el RSI rebotó un 38 %. Además, al observar signos de Ballenas acumulando durante 16 días consecutivos, decidí entrar en varias fases. Dos meses después, la explosión del ecosistema Layer 2 me permitió obtener beneficios precisos.
Pero la verdadera sabiduría en Operar va mucho más allá. Mi experiencia práctica me enseña que hay que usar velas de 15 minutos para determinar la dirección a corto plazo, el ciclo de 2 horas para analizar la fuerza o debilidad, y el gráfico diario para identificar la tendencia general. Además, cuando aparece un cruce dorado, siempre espero con paciencia la segunda confirmación, combinando los datos de tendencia del exchange para tomar la decisión final.
En este mercado de encriptación que cambia en un instante, solo aprendiendo, observando y adaptándose constantemente, se puede encontrar un lugar firme en medio de las mareas turbulentas. Cada ganancia y pérdida es un paso importante hacia la verdad del Mercado.