La historia de Eduardo Saverin es un viaje salvaje en el mundo de la tecnología. Facebook, ahora Meta, todavía domina las redes sociales en 2025. Pero la historia de Saverin? Es un poco inquietante para Silicon Valley.
Entró en la sede de Facebook pensando que era el CFO. Seguro. Listo. Vaya, estaba equivocado.
¿Su confianza en Zuckerberg? Rota. ¿Su inversión? Puff. ¿Todo ese trabajo? Sin sentido.
Entonces, boom. ¿Su participación del 34.4%? Reducción al 0.03%. Así de fácil. Sin advertencia. Sin charla. Nada.
Doler. Mal. Saverin, una vez clave para el éxito de Facebook, ahora por fuera. Cerrado fuera de su propia creación.
Es un llamado de atención. Las startups tecnológicas son arriesgadas. Miles de millones en juego. Amistades puestas a prueba.
Web3 y blockchain podrían ayudar. Más abiertos. Descentralizados. ¿Pero las personas? Son impredecibles.
Parece que incluso la tecnología más genial no puede arreglar la naturaleza humana. No está del todo claro si alguna vez resolveremos este rompecabezas.
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La historia de Eduardo Saverin es un viaje salvaje en el mundo de la tecnología. Facebook, ahora Meta, todavía domina las redes sociales en 2025. Pero la historia de Saverin? Es un poco inquietante para Silicon Valley.
Entró en la sede de Facebook pensando que era el CFO. Seguro. Listo. Vaya, estaba equivocado.
¿Su confianza en Zuckerberg? Rota. ¿Su inversión? Puff. ¿Todo ese trabajo? Sin sentido.
Entonces, boom. ¿Su participación del 34.4%? Reducción al 0.03%. Así de fácil. Sin advertencia. Sin charla. Nada.
Doler. Mal. Saverin, una vez clave para el éxito de Facebook, ahora por fuera. Cerrado fuera de su propia creación.
Es un llamado de atención. Las startups tecnológicas son arriesgadas. Miles de millones en juego. Amistades puestas a prueba.
Web3 y blockchain podrían ayudar. Más abiertos. Descentralizados. ¿Pero las personas? Son impredecibles.
Parece que incluso la tecnología más genial no puede arreglar la naturaleza humana. No está del todo claro si alguna vez resolveremos este rompecabezas.