Shiba Inu surgió en agosto de 2020 como una parodia creada por el misterioso “Ryoshi”. A diferencia de proyectos con utilidad práctica, nació como una broma siguiendo los pasos de Dogecoin, pero con su propio carácter.
Me fascina cómo en octubre de 2021 su valor se disparó diez veces, alcanzando $30 mil millones de capitalización. ¡Nada mal para una “broma”!
Un ecosistema construido sobre ladridos digitales
El proyecto se sostiene en una comunidad fanática que interactúa intensamente en redes sociales. No es solo una moneda, sino todo un universo que incluye:
ShibaSwap: una plataforma descentralizada donde intercambiamos tokens
Iniciativas de rescate canino: humanizando el proyecto con causas reales
Shiboshis: coleccionables digitales que llevan la marca al mundo NFT
El factor Musk: cuando un tweet mueve millones
¿Recuerdan cuando Elon publicó la foto de su cachorro el 4 de octubre de 2021? El precio se disparó inmediatamente. Este autoproclamado “Dogefather” tiene demasiado poder sobre el mercado con simples mensajes de 280 caracteres. ¿Es esto realmente descentralización o solo otro juguete para millonarios caprichosos?
La filosofía detrás del ladrido
El famoso “Woof Paper” plantea una pregunta provocadora: “¿Qué pasaría si una criptomoneda fuera 100% administrada por su comunidad?”
Ryoshi cree que la descentralización colectiva supera cualquier equipo centralizado. Con 500.000 miembros, el ShibArmy se construyó desde cero, sin comunidades previas, basándose en la red Ethereum por seguridad.
Las tres monedas del reino canino
SHIB: La base del sistema con un suministro inicial de 1000 billones
LEASH: Exclusiva con solo 107.646 unidades
BONE: 250 millones de tokens para gobernanza comunitaria
Vitalik Buterin recibió el 50% de SHIB y donó parte a la India para combatir COVID-19, quemando después el 40% del suministro total.
El ecosistema incluye términos caninos como “excavar” o “Puppy Pools” para sus estrategias financieras, alejándose deliberadamente del lenguaje tradicional de inversión.
¿Es Shiba Inu una revolución descentralizada o simplemente otra moda pasajera disfrazada de innovación? El tiempo lo dirá, pero mientras tanto, su comunidad sigue creciendo y ladrando cada vez más fuerte.
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¿Qué es Shiba Inu? Un vistazo al fenómeno canino de las criptomonedas
La moneda meme que ladra fuerte
Shiba Inu surgió en agosto de 2020 como una parodia creada por el misterioso “Ryoshi”. A diferencia de proyectos con utilidad práctica, nació como una broma siguiendo los pasos de Dogecoin, pero con su propio carácter.
Me fascina cómo en octubre de 2021 su valor se disparó diez veces, alcanzando $30 mil millones de capitalización. ¡Nada mal para una “broma”!
Un ecosistema construido sobre ladridos digitales
El proyecto se sostiene en una comunidad fanática que interactúa intensamente en redes sociales. No es solo una moneda, sino todo un universo que incluye:
El factor Musk: cuando un tweet mueve millones
¿Recuerdan cuando Elon publicó la foto de su cachorro el 4 de octubre de 2021? El precio se disparó inmediatamente. Este autoproclamado “Dogefather” tiene demasiado poder sobre el mercado con simples mensajes de 280 caracteres. ¿Es esto realmente descentralización o solo otro juguete para millonarios caprichosos?
La filosofía detrás del ladrido
El famoso “Woof Paper” plantea una pregunta provocadora: “¿Qué pasaría si una criptomoneda fuera 100% administrada por su comunidad?”
Ryoshi cree que la descentralización colectiva supera cualquier equipo centralizado. Con 500.000 miembros, el ShibArmy se construyó desde cero, sin comunidades previas, basándose en la red Ethereum por seguridad.
Las tres monedas del reino canino
Vitalik Buterin recibió el 50% de SHIB y donó parte a la India para combatir COVID-19, quemando después el 40% del suministro total.
El ecosistema incluye términos caninos como “excavar” o “Puppy Pools” para sus estrategias financieras, alejándose deliberadamente del lenguaje tradicional de inversión.
¿Es Shiba Inu una revolución descentralizada o simplemente otra moda pasajera disfrazada de innovación? El tiempo lo dirá, pero mientras tanto, su comunidad sigue creciendo y ladrando cada vez más fuerte.