Los bancos centrales globales están comprando oro a un ritmo récord, marcando el 16º año consecutivo de acumulación neta, según nuevos datos de una firma de investigación financiera y un banco de inversión global.
Hasta ahora en 2025, las compras de oro han alcanzado una tasa anualizada de 830 toneladas, casi igualando los niveles récord establecidos en los últimos tres años. En solo la primera mitad del año, 23 países aumentaron sus reservas, subrayando el creciente papel del oro como un refugio estratégico en medio de la incertidumbre global.
Desde 2022 hasta 2024, los bancos centrales añadieron colectivamente más de 3,200 toneladas de oro, el total de tres años más alto en la historia moderna. Si el ritmo actual continúa, 2025 duplicará la tasa de compra anual promedio vista entre 2011 y 2021.
Los analistas atribuyen este aumento a varios factores: la inflación persistente, la inestabilidad geopolítica y los esfuerzos de desdolarización por parte de las economías emergentes. Las naciones que buscan diversificarse del dólar estadounidense están recurriendo al oro como un activo de reserva neutral y no soberano.
El gráfico del banco de inversión global destaca que antes de 2010, los bancos centrales fueron vendedores netos de oro durante más de dos décadas. Desde entonces, la reversión ha sido dramática, con las compras de oro ahora sosteniendo la racha de compras más larga registrada.
Con el metal amarillo cotizando cerca de $2,500 por onza, la demanda de los bancos centrales sigue anclando los precios globales, reforzando la reputación del oro como el activo refugio por excelencia en medio de un orden financiero cambiante.
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Los Bancos Centrales Amplían la Histórica Racha de Compras de Oro en 2025
Los bancos centrales globales están comprando oro a un ritmo récord, marcando el 16º año consecutivo de acumulación neta, según nuevos datos de una firma de investigación financiera y un banco de inversión global.
Hasta ahora en 2025, las compras de oro han alcanzado una tasa anualizada de 830 toneladas, casi igualando los niveles récord establecidos en los últimos tres años. En solo la primera mitad del año, 23 países aumentaron sus reservas, subrayando el creciente papel del oro como un refugio estratégico en medio de la incertidumbre global.
Desde 2022 hasta 2024, los bancos centrales añadieron colectivamente más de 3,200 toneladas de oro, el total de tres años más alto en la historia moderna. Si el ritmo actual continúa, 2025 duplicará la tasa de compra anual promedio vista entre 2011 y 2021.
Los analistas atribuyen este aumento a varios factores: la inflación persistente, la inestabilidad geopolítica y los esfuerzos de desdolarización por parte de las economías emergentes. Las naciones que buscan diversificarse del dólar estadounidense están recurriendo al oro como un activo de reserva neutral y no soberano.
El gráfico del banco de inversión global destaca que antes de 2010, los bancos centrales fueron vendedores netos de oro durante más de dos décadas. Desde entonces, la reversión ha sido dramática, con las compras de oro ahora sosteniendo la racha de compras más larga registrada.
Con el metal amarillo cotizando cerca de $2,500 por onza, la demanda de los bancos centrales sigue anclando los precios globales, reforzando la reputación del oro como el activo refugio por excelencia en medio de un orden financiero cambiante.