Ante las restricciones financieras impuestas a Venezuela, el país ha explorado vías alternativas para operar al margen del sistema bancario convencional. Una de estas opciones sería el empleo de USDT, la stablecoin anclada al dólar estadounidense. Aunque no existe una confirmación oficial, ciertos informes apuntan a que el Banco Central de Venezuela (BCV) podría estar recurriendo a esta criptomoneda para gestionar fondos, particularmente en transacciones relacionadas con el sector petrolero.
No obstante, esta estrategia conlleva un riesgo significativo: la empresa emisora de USDT tiene la facultad de **restringir o suspender el acceso a fondos** si así lo requieren organismos como la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) de Estados Unidos. Esto se debe a que USDT, a pesar de operar en redes blockchain como Ethereum o Tron, **no es un activo descentralizado**. La compañía emisora puede intervenir directamente en los smart contracts y limitar el uso de determinadas billeteras.
Es relevante mencionar que, hasta octubre de 2025, se habían inmovilizado más de **2.900 millones de dólares** en USDT por presuntas actividades ilícitas o por mandato de autoridades gubernamentales. Asimismo, se recuerda que en 2023 se bloquearon más de 160 direcciones digitales vinculadas a esta stablecoin.
Expertos en criptomonedas como Daniel Arraez y BTC Andres señalan que **poseer las claves privadas de una wallet USDT no garantiza un control absoluto**, ya que la empresa emisora puede intervenir sin necesidad de acceso directo. Esta situación plantea un dilema para Venezuela: **depender de un activo controlado por una entidad sujeta a la legislación del país que impone las sanciones**.
Por otra parte, se cuestiona la transparencia de la empresa emisora de USDT, dado que no ha presentado auditorías públicas exhaustivas que demuestren que todos los USDT están respaldados por dólares reales en sus reservas.
Si bien algunos analistas consideran que el BCV carece de la infraestructura necesaria para utilizar USDT de manera oficial, es posible que funcionarios o intermediarios lo estén empleando de forma extraoficial. En tal caso, el riesgo recaería sobre individuos, no directamente sobre el Estado venezolano.
Cabe destacar que **la adopción de USDT entre ciudadanos y empresas venezolanas ha experimentado un crecimiento exponencial**. Con una inflación acumulada del 85% en 2024, numerosos venezolanos lo utilizan como reserva de valor y medio de pago. En grupos de mensajería instantánea se negocian bolívares por USDT a tasas muy próximas al dólar oficial. Incluso algunas compañías petroleras han optado por pagar salarios en esta moneda digital ante la escasez de divisas tradicionales.
El economista Asdrúbal Oliveros describe este fenómeno como una transformación radical del ecosistema financiero venezolano. Sin embargo, el artículo concluye que, si bien USDT ofrece soluciones prácticas en un contexto de crisis, **su naturaleza centralizada representa un riesgo estratégico**. Como expresó una usuaria en redes sociales: "Es como confiar las llaves de tu hogar a un extraño y confiar en que no cambiará la cerradura".
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Ante las restricciones financieras impuestas a Venezuela, el país ha explorado vías alternativas para operar al margen del sistema bancario convencional. Una de estas opciones sería el empleo de USDT, la stablecoin anclada al dólar estadounidense. Aunque no existe una confirmación oficial, ciertos informes apuntan a que el Banco Central de Venezuela (BCV) podría estar recurriendo a esta criptomoneda para gestionar fondos, particularmente en transacciones relacionadas con el sector petrolero.
No obstante, esta estrategia conlleva un riesgo significativo: la empresa emisora de USDT tiene la facultad de **restringir o suspender el acceso a fondos** si así lo requieren organismos como la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) de Estados Unidos. Esto se debe a que USDT, a pesar de operar en redes blockchain como Ethereum o Tron, **no es un activo descentralizado**. La compañía emisora puede intervenir directamente en los smart contracts y limitar el uso de determinadas billeteras.
Es relevante mencionar que, hasta octubre de 2025, se habían inmovilizado más de **2.900 millones de dólares** en USDT por presuntas actividades ilícitas o por mandato de autoridades gubernamentales. Asimismo, se recuerda que en 2023 se bloquearon más de 160 direcciones digitales vinculadas a esta stablecoin.
Expertos en criptomonedas como Daniel Arraez y BTC Andres señalan que **poseer las claves privadas de una wallet USDT no garantiza un control absoluto**, ya que la empresa emisora puede intervenir sin necesidad de acceso directo. Esta situación plantea un dilema para Venezuela: **depender de un activo controlado por una entidad sujeta a la legislación del país que impone las sanciones**.
Por otra parte, se cuestiona la transparencia de la empresa emisora de USDT, dado que no ha presentado auditorías públicas exhaustivas que demuestren que todos los USDT están respaldados por dólares reales en sus reservas.
Si bien algunos analistas consideran que el BCV carece de la infraestructura necesaria para utilizar USDT de manera oficial, es posible que funcionarios o intermediarios lo estén empleando de forma extraoficial. En tal caso, el riesgo recaería sobre individuos, no directamente sobre el Estado venezolano.
Cabe destacar que **la adopción de USDT entre ciudadanos y empresas venezolanas ha experimentado un crecimiento exponencial**. Con una inflación acumulada del 85% en 2024, numerosos venezolanos lo utilizan como reserva de valor y medio de pago. En grupos de mensajería instantánea se negocian bolívares por USDT a tasas muy próximas al dólar oficial. Incluso algunas compañías petroleras han optado por pagar salarios en esta moneda digital ante la escasez de divisas tradicionales.
El economista Asdrúbal Oliveros describe este fenómeno como una transformación radical del ecosistema financiero venezolano. Sin embargo, el artículo concluye que, si bien USDT ofrece soluciones prácticas en un contexto de crisis, **su naturaleza centralizada representa un riesgo estratégico**. Como expresó una usuaria en redes sociales: "Es como confiar las llaves de tu hogar a un extraño y confiar en que no cambiará la cerradura".