Washington vuelve a vivir el drama del cierre del gobierno, con los dos partidos luchando intensamente por el presupuesto gubernamental, mientras que el costo de esta contienda política lo asumen los funcionarios públicos comunes y los ciudadanos que dependen de los servicios públicos.
En los últimos cuarenta años, el gobierno de Estados Unidos ha experimentado más de veinte cierres, y el mercado ya está acostumbrado a esta farsa política. Sin embargo, este cierre ocurre en un contexto de creciente presión sobre la deuda de Estados Unidos, y el mundo está observando de cerca el desarrollo de esta situación. Las frecuentes interrupciones en el funcionamiento del gobierno están socavando gradualmente las bases de la hegemonía del dólar.
La paralización ha llevado a la suspensión de la publicación de ciertos datos económicos, lo que hace que la Reserva Federal pierda referencias importantes al formular políticas monetarias. Sin embargo, esta situación también le proporciona a la Reserva Federal una razón para retrasar el aumento de tasas. El mercado ya ha comenzado a digerir esta expectativa; aunque el mercado de valores de EE. UU. enfrenta presión, no ha habido un colapso.
En esencia, el mayor efecto negativo de esta lucha política es la erosión gradual de la credibilidad del país. A corto plazo, el estancamiento del gobierno podría, de hecho, impulsar a la Reserva Federal hacia una política monetaria más expansiva, y el impacto en el mercado podría no ser tan grave. Actualmente, los inversores astutos están a la espera, buscando un mejor momento para entrar al mercado. Para los inversores comunes, es importante no dejarse influir por las fluctuaciones del mercado a corto plazo, ya que los políticos suelen evitar desastres económicos reales en el último momento.
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· hace1h
韭韭待割 mercado siempre está esperando la última ola de tontos sumar
Washington vuelve a vivir el drama del cierre del gobierno, con los dos partidos luchando intensamente por el presupuesto gubernamental, mientras que el costo de esta contienda política lo asumen los funcionarios públicos comunes y los ciudadanos que dependen de los servicios públicos.
En los últimos cuarenta años, el gobierno de Estados Unidos ha experimentado más de veinte cierres, y el mercado ya está acostumbrado a esta farsa política. Sin embargo, este cierre ocurre en un contexto de creciente presión sobre la deuda de Estados Unidos, y el mundo está observando de cerca el desarrollo de esta situación. Las frecuentes interrupciones en el funcionamiento del gobierno están socavando gradualmente las bases de la hegemonía del dólar.
La paralización ha llevado a la suspensión de la publicación de ciertos datos económicos, lo que hace que la Reserva Federal pierda referencias importantes al formular políticas monetarias. Sin embargo, esta situación también le proporciona a la Reserva Federal una razón para retrasar el aumento de tasas. El mercado ya ha comenzado a digerir esta expectativa; aunque el mercado de valores de EE. UU. enfrenta presión, no ha habido un colapso.
En esencia, el mayor efecto negativo de esta lucha política es la erosión gradual de la credibilidad del país. A corto plazo, el estancamiento del gobierno podría, de hecho, impulsar a la Reserva Federal hacia una política monetaria más expansiva, y el impacto en el mercado podría no ser tan grave. Actualmente, los inversores astutos están a la espera, buscando un mejor momento para entrar al mercado. Para los inversores comunes, es importante no dejarse influir por las fluctuaciones del mercado a corto plazo, ya que los políticos suelen evitar desastres económicos reales en el último momento.