En septiembre de 2025, un código ligeramente burlón apareció en la pantalla electrónica de la Bolsa de Nueva York: DOJE. Esta criptomoneda, que lleva el rostro de un Shiba Inu como emblema, era hace ocho años solo el producto de una broma entre programadores, pero hoy llega a Wall Street como un fondo cotizado en bolsa (ETF) y gestiona cientos de millones de dólares en activos. Cuando el concepto de “DOGE ETF”, que parece contradictorio, se convierte en realidad, se inicia oficialmente una lucha entre los memes de Internet y el TradFi. La esencia de esta lucha es tanto la concesión de la cultura popular al poder del capital, como la incorporación y transformación de los activos emergentes por parte del sistema financiero.
Uno, arbitraje regulatorio: la técnica de empaquetado de cumplimiento de las monedas meme.
La salida de DOJE no es una coincidencia, sino un experimento de arbitraje regulatorio cuidadosamente diseñado. A diferencia de la prolongada batalla de aprobación de varios años del ETF de Bitcoin, este ETF de DOGE utiliza la estructura de la “Ley de Compañías de Inversión de 1940”, estableciendo una filial en las Islas Caimán para poseer el 25% de DOGE y derivados, mientras que el resto de los activos se asignan a herramientas conforme como los bonos del Tesoro de EE. UU., eludiendo astutamente el estricto escrutinio regulatorio de los ETF de criptomonedas al contado. Este diseño de “salvación a través de la curva” le permitió pasar con éxito el período de revisión de 75 días, convirtiéndose en el primer ETF de EE. UU. de “activos sin uso práctico”.
Esta innovación estructural refleja un cambio fundamental en la dirección de la regulación. Bajo la dirección del nuevo presidente de la SEC, la actitud de los reguladores hacia los activos criptográficos ha pasado de “contener” a “acoger”. En comparación con la postura dura de la administración anterior, la nueva dirección ha abierto la puerta a los ETF criptográficos al simplificar los estándares de listado. Hasta septiembre de 2025, hay cerca de cien solicitudes de ETF criptográficos en espera de aprobación, y el exitoso lanzamiento de DOGE sin duda proporciona un modelo replicable para productos similares. La esencia de este cambio de política es incorporar los activos criptográficos salvajes en el marco regulatorio de las finanzas tradicionales, intercambiando las “grilletes” de la conformidad por la calificación de acceso al mercado.
La empaquetadura financiera también se refleja en la estructura de costos. La tarifa de gestión del DOJE del 1.5% supera con creces el nivel promedio del 0.25%-0.5% de los ETF de Bitcoin; esta prima es esencialmente la “cuota de entrada” para que un activo meme obtenga una identidad de cumplimiento. Lo que es aún más interesante es su mecanismo de seguimiento: al poseer activos y derivados a través de subsidiarias, aunque se evitan obstáculos regulatorios, esto podría llevar a una desviación significativa entre el precio del ETF y el precio spot de DOGE. Los datos muestran que otros ETF de criptoactivos con estructuras similares han tenido errores de seguimiento superiores al 3%, lo que significa que los inversores podrían estar apostando solo por “la sombra de DOGE” en lugar de por el activo en sí.
Dos, la paradoja triple: la ruptura cultural en el proceso de domesticación
El nacimiento del ETF de DOGE expone las profundas contradicciones en el proceso de financiarización de los activos meme. La primera paradoja existe a nivel de la funcionalidad del mercado: el ETF debería reducir la barrera de entrada para las inversiones, pero podría amplificar las propiedades especulativas de DOGE. Los datos del ETF de Bitcoin muestran que la entrada continua de fondos institucionales ha reducido efectivamente la volatilidad de los activos (la volatilidad a 30 días ha bajado del 65% al 50%), pero DOGE carece de la infraestructura financiera descentralizada de Bitcoin, su precio depende más de la emoción de la comunidad y del efecto de las celebridades. Algunos analistas han señalado agudamente: “Esto normaliza los coleccionables; DOGE es como los muñecos de goma o las tarjetas de béisbol, el ETF debería servir al mercado de capitales, y no a los coleccionables.”
La paradoja en el plano cultural es aún más evidente. DOGE nació como una broma de Internet en 2013, y el núcleo de su cultura comunitaria es el espíritu de burla contra la “élite financiera”, donde la cultura de las propinas y las donaciones caritativas constituyen una identidad de valor única. Sin embargo, el lanzamiento del ETF ha reestructurado por completo este ecosistema: cuando las grandes instituciones financieras se convierten en los principales tenedores, la lógica comunitaria de “poseer es creer” se ve obligada a ceder ante la lógica financiera de “la fluctuación del valor neto es ingreso”. DOGE permite a los inversores poseer a través de cuentas IRA de jubilación, lo que significa que DOGE ha pasado de ser “la moneda de juego de los internautas” a ser “un activo de configuración para la jubilación”, y esta transformación de identidad ha causado una ruptura cultural que ha desencadenado un intenso debate en las redes sociales sobre “si hemos vendido nuestra alma”.
La paradoja de la filosofía regulatoria oculta riesgos. La razón por la que los reguladores aprobaron el DOJE es “proteger a los inversores”, pero el diseño del producto podría ocultar riesgos. A diferencia de poseer criptomonedas directamente, las participaciones de ETF no pueden utilizarse para actividades en cadena; los inversores no pueden participar en la cultura de recompensas de DOGE, ni pueden percibir el verdadero flujo de valor de la red blockchain. Un riesgo más oculto radica en la estructura fiscal: los costos de transacción transfronteriza y las tarifas de extensión de derivados generados por las subsidiarias de las Islas Caimán pueden erosionar el 10%-15% de los rendimientos reales durante un mercado alcista, y esta “pérdida oculta” está precisamente cubierta por la vestimenta de la conformidad.
Tres, transferencia de poder: el juego entre Wall Street y la comunidad cripto
Detrás del ETF de DOGE hay una silenciosa transferencia de poder. La motivación de las instituciones de Wall Street es evidente: para finales de 2024, los ETF de Bitcoin y Ethereum habrán acumulado 175 mil millones de dólares en fondos, y los gigantes financieros necesitan urgentemente nuevos polos de crecimiento. Aunque DOGE carece de valor práctico, su capitalización de mercado de 3.8 mil millones de dólares y su gran base de inversores minoristas constituyen una demanda de mercado que no se puede ignorar. El equipo de emisión de ETF, antes de lanzar el DOJE, ya había validado el modelo de negocio de “activos criptográficos no convencionales + estructura de cumplimiento” a través de otros ETF de activos criptográficos, y esta estrategia de matriz de productos es esencialmente una forma de recolectar el dividendo del tráfico de la economía de memes utilizando herramientas financieras.
El cambio en las políticas regulatorias presenta características distintivas de la economía política. Hay diferencias notables en la actitud hacia las criptomonedas en diferentes períodos gubernamentales, y esta oscilación refleja la lucha entre el capital de TradFi y los nuevos ricos tecnológicos. La salida a bolsa de DOGE coincide con la víspera de las elecciones estadounidenses de 2025, e incluso hay políticos que planean lanzar un ETF de moneda meme personal, lo que convierte la regulación de las criptomonedas en un instrumento en el juego político. Cuando los reguladores pasan de ser “prevencionistas de riesgos” a “impulsores del mercado”, el ETF de DOGE se convierte en una herramienta excelente para probar el sentimiento de los votantes y la reacción del capital.
La resistencia de la comunidad cripto presenta características fragmentadas. Los primeros desarrolladores clave se burlaron en las redes sociales: “Creamos una broma anti-sistema, ahora el sistema la empaqueta como un producto financiero”, pero esta voz fue rápidamente ahogada por la locura del mercado. Los datos muestran que el precio de DOGE subió entre un 13% y un 17% en la semana anterior a su lanzamiento, este “arbitraje de expectativas de ETF” atrajo a muchos especuladores a corto plazo, diluyendo aún más la identidad cultural de la comunidad. Más simbólicamente, el emisor del ETF cambió el logo del perro Shiba de un estilo caricaturesco a un color “azul financiero”, esta domesticación del símbolo visual es, precisamente, una nota al pie de la micro transferencia de poder.
Conclusión: ¿el ocaso de los memes o el amanecer de las finanzas?
La historia del ETF de DOGE es, en esencia, un ejemplo típico del choque entre la subcultura de Internet y el sistema financiero. Cuando el lema comunitario “To the Moon” se convierte en “exposición de precios” en los documentos de la SEC, y las declaraciones de celebridades de redes sociales se incorporan a la divulgación de riesgos del ETF, el núcleo descentralizado de los activos meme está siendo remodelado por un proceso de cumplimiento e institucionalización. Esta domesticación podría traer una prosperidad a corto plazo: los analistas predicen que DOGE podría atraer entre 1.000 y 2.000 millones de dólares en fondos, pero a largo plazo, ¿puede el DOGE, que ha perdido su espíritu burlón y autonomía comunitaria, seguir siendo considerado una “moneda meme”?
Lo que resulta aún más digno de reflexión es que este modelo de domesticación está formando un molde. Después de DOGE, otros ETF de activos criptográficos también han salido al mercado o están en proceso de solicitud, lo que significa que la economía de memes se está convirtiendo en productos financieros en masa. Wall Street, con el “bisturí” del ETF, está editando y reorganizando los genes salvajes de la cultura de Internet, produciendo finalmente “productos financieros transgénicos” que cumplen con la lógica del capital. Cuando el Meme ya no es una expresión cultural espontánea, sino un activo financiero cuantificable y negociable, lo que perdemos quizás no es solo una forma de entretenimiento, sino también el último refugio del espíritu descentralizado de Internet.
En este juego de domesticación y resistencia, no hay ganadores absolutos. En el momento en que DOGE se vistió con el traje de ETF, marcó tanto la llegada de los memes de Internet al escenario principal como el final de su era de inocencia. Y mientras los mercados financieros cosechan nuevos puntos de crecimiento, también deben tragarse el amargo fruto de la cultura especulativa. Tal vez, como dijo un analista de criptomonedas: “Cuando Wall Street aprende a hablar el idioma de los memes, lo único que queda es el negocio.”
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TokenBeginner'sGuide
· Hace24m
Pequeño recordatorio: Según la última alerta de riesgo de la SEC, los novatos en inversiones en moneda meme deben tener cuidado con el miedo a perderse algo (FOMO), se recomienda mantener la posición bajo el 3% del total de activos.
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StakeOrRegret
· hace18h
Esta vez realmente ha sido un milagro, el mundo Cripto siempre está loco.
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AZIIZCG
· 10-26 13:33
😐
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GasFeeCrier
· 10-26 02:51
¡El inversor minorista no puede permitírselo!
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BlockchainFries
· 10-26 02:50
Me muero de risa, ahora mismo todo es una gran escena de economía de memes.
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LiquidationKing
· 10-26 02:48
El bull run apenas ha comenzado, y Wall Street ya está bajo nuestros pies.
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StealthMoon
· 10-26 02:36
Las bromas se han convertido en dinero en efectivo, no es de extrañar que sea capital.
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NotFinancialAdviser
· 10-26 02:34
Riendo hasta morir, los inversores minoristas tontos van a morir de nuevo.
DOGE ETF listado: la batalla entre la cultura meme y Wall Street
DOGE ETF上市:迷因文化与 TradFi 的碰撞
En septiembre de 2025, un código ligeramente burlón apareció en la pantalla electrónica de la Bolsa de Nueva York: DOJE. Esta criptomoneda, que lleva el rostro de un Shiba Inu como emblema, era hace ocho años solo el producto de una broma entre programadores, pero hoy llega a Wall Street como un fondo cotizado en bolsa (ETF) y gestiona cientos de millones de dólares en activos. Cuando el concepto de “DOGE ETF”, que parece contradictorio, se convierte en realidad, se inicia oficialmente una lucha entre los memes de Internet y el TradFi. La esencia de esta lucha es tanto la concesión de la cultura popular al poder del capital, como la incorporación y transformación de los activos emergentes por parte del sistema financiero.
Uno, arbitraje regulatorio: la técnica de empaquetado de cumplimiento de las monedas meme.
La salida de DOJE no es una coincidencia, sino un experimento de arbitraje regulatorio cuidadosamente diseñado. A diferencia de la prolongada batalla de aprobación de varios años del ETF de Bitcoin, este ETF de DOGE utiliza la estructura de la “Ley de Compañías de Inversión de 1940”, estableciendo una filial en las Islas Caimán para poseer el 25% de DOGE y derivados, mientras que el resto de los activos se asignan a herramientas conforme como los bonos del Tesoro de EE. UU., eludiendo astutamente el estricto escrutinio regulatorio de los ETF de criptomonedas al contado. Este diseño de “salvación a través de la curva” le permitió pasar con éxito el período de revisión de 75 días, convirtiéndose en el primer ETF de EE. UU. de “activos sin uso práctico”.
Esta innovación estructural refleja un cambio fundamental en la dirección de la regulación. Bajo la dirección del nuevo presidente de la SEC, la actitud de los reguladores hacia los activos criptográficos ha pasado de “contener” a “acoger”. En comparación con la postura dura de la administración anterior, la nueva dirección ha abierto la puerta a los ETF criptográficos al simplificar los estándares de listado. Hasta septiembre de 2025, hay cerca de cien solicitudes de ETF criptográficos en espera de aprobación, y el exitoso lanzamiento de DOGE sin duda proporciona un modelo replicable para productos similares. La esencia de este cambio de política es incorporar los activos criptográficos salvajes en el marco regulatorio de las finanzas tradicionales, intercambiando las “grilletes” de la conformidad por la calificación de acceso al mercado.
La empaquetadura financiera también se refleja en la estructura de costos. La tarifa de gestión del DOJE del 1.5% supera con creces el nivel promedio del 0.25%-0.5% de los ETF de Bitcoin; esta prima es esencialmente la “cuota de entrada” para que un activo meme obtenga una identidad de cumplimiento. Lo que es aún más interesante es su mecanismo de seguimiento: al poseer activos y derivados a través de subsidiarias, aunque se evitan obstáculos regulatorios, esto podría llevar a una desviación significativa entre el precio del ETF y el precio spot de DOGE. Los datos muestran que otros ETF de criptoactivos con estructuras similares han tenido errores de seguimiento superiores al 3%, lo que significa que los inversores podrían estar apostando solo por “la sombra de DOGE” en lugar de por el activo en sí.
Dos, la paradoja triple: la ruptura cultural en el proceso de domesticación
El nacimiento del ETF de DOGE expone las profundas contradicciones en el proceso de financiarización de los activos meme. La primera paradoja existe a nivel de la funcionalidad del mercado: el ETF debería reducir la barrera de entrada para las inversiones, pero podría amplificar las propiedades especulativas de DOGE. Los datos del ETF de Bitcoin muestran que la entrada continua de fondos institucionales ha reducido efectivamente la volatilidad de los activos (la volatilidad a 30 días ha bajado del 65% al 50%), pero DOGE carece de la infraestructura financiera descentralizada de Bitcoin, su precio depende más de la emoción de la comunidad y del efecto de las celebridades. Algunos analistas han señalado agudamente: “Esto normaliza los coleccionables; DOGE es como los muñecos de goma o las tarjetas de béisbol, el ETF debería servir al mercado de capitales, y no a los coleccionables.”
La paradoja en el plano cultural es aún más evidente. DOGE nació como una broma de Internet en 2013, y el núcleo de su cultura comunitaria es el espíritu de burla contra la “élite financiera”, donde la cultura de las propinas y las donaciones caritativas constituyen una identidad de valor única. Sin embargo, el lanzamiento del ETF ha reestructurado por completo este ecosistema: cuando las grandes instituciones financieras se convierten en los principales tenedores, la lógica comunitaria de “poseer es creer” se ve obligada a ceder ante la lógica financiera de “la fluctuación del valor neto es ingreso”. DOGE permite a los inversores poseer a través de cuentas IRA de jubilación, lo que significa que DOGE ha pasado de ser “la moneda de juego de los internautas” a ser “un activo de configuración para la jubilación”, y esta transformación de identidad ha causado una ruptura cultural que ha desencadenado un intenso debate en las redes sociales sobre “si hemos vendido nuestra alma”.
La paradoja de la filosofía regulatoria oculta riesgos. La razón por la que los reguladores aprobaron el DOJE es “proteger a los inversores”, pero el diseño del producto podría ocultar riesgos. A diferencia de poseer criptomonedas directamente, las participaciones de ETF no pueden utilizarse para actividades en cadena; los inversores no pueden participar en la cultura de recompensas de DOGE, ni pueden percibir el verdadero flujo de valor de la red blockchain. Un riesgo más oculto radica en la estructura fiscal: los costos de transacción transfronteriza y las tarifas de extensión de derivados generados por las subsidiarias de las Islas Caimán pueden erosionar el 10%-15% de los rendimientos reales durante un mercado alcista, y esta “pérdida oculta” está precisamente cubierta por la vestimenta de la conformidad.
Tres, transferencia de poder: el juego entre Wall Street y la comunidad cripto
Detrás del ETF de DOGE hay una silenciosa transferencia de poder. La motivación de las instituciones de Wall Street es evidente: para finales de 2024, los ETF de Bitcoin y Ethereum habrán acumulado 175 mil millones de dólares en fondos, y los gigantes financieros necesitan urgentemente nuevos polos de crecimiento. Aunque DOGE carece de valor práctico, su capitalización de mercado de 3.8 mil millones de dólares y su gran base de inversores minoristas constituyen una demanda de mercado que no se puede ignorar. El equipo de emisión de ETF, antes de lanzar el DOJE, ya había validado el modelo de negocio de “activos criptográficos no convencionales + estructura de cumplimiento” a través de otros ETF de activos criptográficos, y esta estrategia de matriz de productos es esencialmente una forma de recolectar el dividendo del tráfico de la economía de memes utilizando herramientas financieras.
El cambio en las políticas regulatorias presenta características distintivas de la economía política. Hay diferencias notables en la actitud hacia las criptomonedas en diferentes períodos gubernamentales, y esta oscilación refleja la lucha entre el capital de TradFi y los nuevos ricos tecnológicos. La salida a bolsa de DOGE coincide con la víspera de las elecciones estadounidenses de 2025, e incluso hay políticos que planean lanzar un ETF de moneda meme personal, lo que convierte la regulación de las criptomonedas en un instrumento en el juego político. Cuando los reguladores pasan de ser “prevencionistas de riesgos” a “impulsores del mercado”, el ETF de DOGE se convierte en una herramienta excelente para probar el sentimiento de los votantes y la reacción del capital.
La resistencia de la comunidad cripto presenta características fragmentadas. Los primeros desarrolladores clave se burlaron en las redes sociales: “Creamos una broma anti-sistema, ahora el sistema la empaqueta como un producto financiero”, pero esta voz fue rápidamente ahogada por la locura del mercado. Los datos muestran que el precio de DOGE subió entre un 13% y un 17% en la semana anterior a su lanzamiento, este “arbitraje de expectativas de ETF” atrajo a muchos especuladores a corto plazo, diluyendo aún más la identidad cultural de la comunidad. Más simbólicamente, el emisor del ETF cambió el logo del perro Shiba de un estilo caricaturesco a un color “azul financiero”, esta domesticación del símbolo visual es, precisamente, una nota al pie de la micro transferencia de poder.
Conclusión: ¿el ocaso de los memes o el amanecer de las finanzas?
La historia del ETF de DOGE es, en esencia, un ejemplo típico del choque entre la subcultura de Internet y el sistema financiero. Cuando el lema comunitario “To the Moon” se convierte en “exposición de precios” en los documentos de la SEC, y las declaraciones de celebridades de redes sociales se incorporan a la divulgación de riesgos del ETF, el núcleo descentralizado de los activos meme está siendo remodelado por un proceso de cumplimiento e institucionalización. Esta domesticación podría traer una prosperidad a corto plazo: los analistas predicen que DOGE podría atraer entre 1.000 y 2.000 millones de dólares en fondos, pero a largo plazo, ¿puede el DOGE, que ha perdido su espíritu burlón y autonomía comunitaria, seguir siendo considerado una “moneda meme”?
Lo que resulta aún más digno de reflexión es que este modelo de domesticación está formando un molde. Después de DOGE, otros ETF de activos criptográficos también han salido al mercado o están en proceso de solicitud, lo que significa que la economía de memes se está convirtiendo en productos financieros en masa. Wall Street, con el “bisturí” del ETF, está editando y reorganizando los genes salvajes de la cultura de Internet, produciendo finalmente “productos financieros transgénicos” que cumplen con la lógica del capital. Cuando el Meme ya no es una expresión cultural espontánea, sino un activo financiero cuantificable y negociable, lo que perdemos quizás no es solo una forma de entretenimiento, sino también el último refugio del espíritu descentralizado de Internet.
En este juego de domesticación y resistencia, no hay ganadores absolutos. En el momento en que DOGE se vistió con el traje de ETF, marcó tanto la llegada de los memes de Internet al escenario principal como el final de su era de inocencia. Y mientras los mercados financieros cosechan nuevos puntos de crecimiento, también deben tragarse el amargo fruto de la cultura especulativa. Tal vez, como dijo un analista de criptomonedas: “Cuando Wall Street aprende a hablar el idioma de los memes, lo único que queda es el negocio.”