La revuelta de Nepal y las lecciones de la descentralización

En un intento por frenar el creciente descontento entre su juventud el mes pasado, el gobierno nepalí prohibió abruptamente 26 plataformas de redes sociales; sin embargo, lo que siguió fue el caos. Las multitudes de protesta chocaron con la policía, con edificios del parlamento y del tribunal siendo incendiados, lo que finalmente resultó en la renuncia del Primer Ministro de Nepal, K.P. Oli, y su huida del país. El descontento destacó cómo la descentralización —tanto en el flujo de información como en la organización digital— puede empoderar a los ciudadanos de maneras que los gobiernos luchan por controlar.

Resumen

  • La revuelta digital de Nepal: Después de que el gobierno prohibiera 26 plataformas de redes sociales, los jóvenes nepaleses recurrieron a aplicaciones descentralizadas como Bitchat, demostrando que cerrar internet ya no significa silenciar a las personas.
  • Prueba de estrés técnico: La crisis reveló cómo los sistemas descentralizados — como las redes de malla y las blockchains — pueden eludir la censura gubernamental y continuar operando incluso cuando la infraestructura centralizada está desconectada.
  • Señal global: Desde Nepal hasta Hong Kong e India, la lucha por la libertad digital se está intensificando, mostrando que la tecnología descentralizada no se trata solo de finanzas, sino de libertad de expresión, autonomía y control sobre la vida digital de uno.

Sin embargo, bajo esta capa de disenso y agitación política, la crisis se convirtió en una prueba de estrés del mundo real para las tecnologías descentralizadas. Esto se debe a que, tan pronto como el gobierno decidió “apagar” el acceso de la nación a la World Wide Web, la gente (especialmente los jóvenes) de toda la región encontraron soluciones tangibles casi de inmediato.

Para elaborar, en cuestión de días, casi 50,000 nepalíes habían descargado Bitchat, una aplicación de mensajería P2P creada por Jack Dorsey, cofundador de Twitter/Square, con casi el 39% de las descargas totales de la aplicación provenientes de la nación. También, no es sorprendente, una situación similar se desarrolló en Indonesia solo unas semanas antes, cuando los manifestantes también acudieron a Bitchat durante las protestas contra la corrupción.

En el caso de Nepal, el gobierno levantó ( o más precisamente, se vio obligado a levantar ) su prohibición después de solo unos pocos días porque el ejercicio resultó ser autodestructivo, ya que desconectar las redes en malla descentralizadas resultó prácticamente imposible para ellos.

Liberándose del dilema del ‘Punto Único de Fallo’

Para muchos, la revolución de Nepal ilustró claramente que los sistemas descentralizados, por diseño, no dependían de un solo servidor central donde los detalles sensibles de los usuarios pudieran ser almacenados sin su aprobación. Así que cuando las autoridades locales prohibieron aplicaciones convencionales como WhatsApp, Instagram y Facebook, sus contrapartes descentralizadas simplemente siguieron funcionando. Incluso cuando los dispositivos estaban apagados, las mallas redirigieron datos a través de los pares en línea restantes.

En este contexto más amplio, las blockchains públicas funcionan de manera muy similar, con cada transacción y mensaje siendo registrados en un libro mayor global al que cualquiera puede unirse. Por ejemplo, el libro mayor de Bitcoin (BTC) está asegurado por mineros en cada continente, y los contratos inteligentes de Ethereum (ETH) funcionan en una red de validadores independientes. Si un nodo se apaga, otros lo reemplazan, haciendo que cualquier prohibición o cierre sea increíblemente difícil de hacer cumplir.

El mismo concepto se extiende también al ámbito financiero, particularmente en DeFi, donde los fondos de los usuarios están bloqueados en contratos controlados por código en lugar de cuentas bancarias. Si las autoridades intentan congelar una billetera vinculada a un intercambio centralizado particular, el individuo puede simplemente transferir sus fondos y continuar facilitando transacciones de manera peer-to-peer.

La batalla más amplia por la libertad digital

La rebelión digital de Nepal es parte de una historia global más grande sobre el control de la información. De hecho, la libertad en internet en todo el mundo ha estado disminuyendo rápidamente, con un estudio reciente que revela que las condiciones de censura global han empeorado durante 14 años consecutivos. Hasta la fecha, la Unión Europea ha anunciado recientemente su intención de implementar su infame mandato de “Control de Chats”, que requeriría que las plataformas de mensajería rompan la encriptación con fines regulatorios.

De manera similar, durante las protestas en Hong Kong y Myanmar que tuvieron lugar entre 2019 y 2021, los activistas se vieron obligados a utilizar redes de malla y VPN para eludir lo que parecían ser cierres dictatoriales. Por último, en India, el gobierno emitió recientemente una nueva legislación que permite a los funcionarios fiscales acceder a los datos de WhatsApp de cualquiera, correos electrónicos e incluso comunicaciones encriptadas durante investigaciones sobre fraude o evasión.

Estas ilustraciones no son solo instancias exageradas de un futuro orwelliano, sino una forma de lo que está por venir. De hecho, esta es precisamente la razón por la que las redes sociales descentralizadas ( como Mastodon y Nostr) y las aplicaciones de mensajería ( como Signal, Session y Status, entre otras) han atraído y continúan atrayendo usuarios día a día.

Por lo tanto, mirando hacia adelante, parece claro que los usuarios conscientes de la privacidad ya no pueden confiar únicamente en las grandes tecnológicas o en los bancos multinacionales; en su lugar, necesitan trabajar en conjunto con sistemas sin permiso, donde pueden mantener sus propias claves, ejecutar un nodo o incluso unirse a una red en malla sin necesidad de permiso.

Como han demostrado los jóvenes nepalíes, la tecnología inicialmente construida para la libertad financiera puede desbloquear igualmente la libertad de expresión. Cuando un camino está bloqueado, los protocolos descentralizados pueden simplemente redirigirse alrededor del problema.

Chris “Jinx” Jenkins

Chris “Jinx” Jenkins

Chris “Jinx” Jenkins es el jefe de operaciones de Pocket Network, uno de los protocolos de infraestructura descentralizada más activos de web3. Pocket soporta más de 10,000 nodos que potencian el acceso a datos para aplicaciones globales de IA y cripto, y ha servido más de un billón de retransmisiones hasta la fecha a través de más de 50 blockchains. Con más de 15 años de liderazgo operativo, Chris aporta una perspectiva sólida sobre cómo escalar sistemas del mundo real — y lo que se necesita para que la infraestructura de blockchain satisfaga las demandas de la IA. Actualmente, lidera la actualización Shannon de Pocket, la revisión más ambiciosa de la red hasta la fecha, diseñada para aumentar la modularidad, la fiabilidad y el rendimiento en tiempo real.

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EagleEyevip
· 10-25 05:59
¡Brillante artículo! Me gusta cómo te enfocaste en la interoperabilidad
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