La administración Trump desencadenó un importante conflicto comercial con China al imponer aranceles sustanciales a las importaciones chinas. Esta escalada arrancó en 2018 y se prolongó hasta 2020, afectando finalmente a bienes valorados en 360 000 millones de dólares. El calendario de estos aumentos arancelarios revela una presión económica cada vez mayor:
| Año | Acción | Tasa arancelaria |
|---|---|---|
| 2018 | Imposición inicial de aranceles | Variable |
| 2019 | Aumentos significativos | Hasta 25 % |
| 2020 | Máximo nivel de aranceles | 25 % en numerosos productos |
Estos aranceles formaron parte de una estrategia más amplia dirigida a abordar los desequilibrios comerciales percibidos entre Estados Unidos y China. La administración Trump se caracterizó por emplear herramientas económicas de forma agresiva para lograr objetivos geopolíticos. El alcance de estos aranceles fue notable, afectando a diversos sectores industriales y bienes de consumo.
La cifra de 360 000 millones de dólares representa una proporción considerable del comercio bilateral total, lo que demuestra la magnitud de las medidas adoptadas. Esta actuación supuso un giro relevante respecto a la política comercial de administraciones anteriores y provocó respuestas de represalia por parte de China, desembocando en una guerra comercial a gran escala. Los efectos de estos aranceles siguieron impactando en las cadenas de suministro y en las relaciones económicas globales mucho después de su aplicación inicial, influyendo en el escenario del comercio internacional y en la diplomacia entre las dos mayores economías mundiales.
La estrategia del presidente Biden respecto a las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China supone un ejercicio de equilibrio delicado. Aunque pretende reducir las tensiones, la administración mantiene la presión sobre Pekín a través de políticas estratégicas. Esta posición se refleja en la decisión de conservar en líneas generales los aranceles implantados durante la era Trump sobre las importaciones chinas, al tiempo que se reactivan los procesos de exclusión para ciertos productos. La estrategia de Biden busca abordar preocupaciones históricas sobre las prácticas comerciales de China sin provocar una guerra comercial total.
El impacto de este planteamiento se refleja en los datos comerciales más recientes:
| Métrica | 2024 | 2025 (Proyección) |
|---|---|---|
| Volumen comercial EE. UU.–China | 562 000 millones de dólares | 589 000 millones de dólares |
| Déficit comercial EE. UU. con China | 287 000 millones de dólares | 276 000 millones de dólares |
Estas cifras apuntan a una mejora paulatina en el balance comercial, lo que sugiere que la estrategia de Biden podría estar obteniendo resultados. No obstante, persisten los desafíos: la administración afronta presiones de sectores nacionales que reclaman alivio arancelario y, al mismo tiempo, debe mantener firmeza en cuestiones como la protección de la propiedad intelectual y el acceso al mercado.
Avances diplomáticos recientes, como la reunión de noviembre de 2023 entre Biden y Xi en San Francisco, evidencian el compromiso de la administración con el diálogo. Este encuentro, que Biden calificó como “uno de los más constructivos y productivos”, abordó temas esenciales como la gobernanza de la inteligencia artificial y los asuntos de defensa. Estas iniciativas, junto con medidas económicas selectivas, reflejan la complejidad de la estrategia de Biden respecto a China: proteger los intereses estadounidenses y, a la vez, fomentar una relación bilateral más estable.
Las políticas comerciales de la administración Trump tuvieron un impacto significativo en las exportaciones estadounidenses a China, provocando una notable pérdida de cuota de mercado. Los datos muestran que las exportaciones estadounidenses a China descendieron un 10,7 % entre 2020 y 2021, lo que evidencia un cambio relevante en los patrones comerciales. Este retroceso se atribuye a varios factores, como la aplicación de los aranceles de la Sección 301 en 2018 a productos chinos y el aumento de las tensiones comerciales.
Para ilustrar el cambio de dinámica, comparemos las exportaciones estadounidenses a China con las de otros grandes socios comerciales:
| País/Región | Crecimiento de exportaciones a China (2020–2021) |
|---|---|
| Estados Unidos | -10,7 % |
| Unión Europea | +7 % |
| ASEAN | +13 % |
Estas cifras evidencian que, mientras las exportaciones estadounidenses a China disminuyeron, otras regiones lograron aumentar su comercio con el país asiático. La Unión Europea y los países de ASEAN incrementaron su cuota de mercado, cubriendo potencialmente el espacio dejado por la caída de las exportaciones de EE. UU.
El impacto de las políticas de Trump se extendió más allá del volumen total de comercio. Sectores específicos, como el agrícola, el aeroespacial y el tecnológico, sufrieron especialmente. Por ejemplo, el acuerdo comercial Fase Uno pretendía impulsar las exportaciones agrícolas estadounidenses a China, pero los resultados fueron desiguales. El giro en los patrones comerciales a favor de Europa y el sudeste asiático indica que los importadores chinos buscaron proveedores alternativos ante las medidas estadounidenses.
Este descenso en la cuota de mercado de exportaciones estadounidenses a China pone de relieve la complejidad de las relaciones comerciales internacionales y los posibles efectos no deseados de políticas proteccionistas. Subraya la importancia de calibrar las estrategias comerciales para conservar ventajas competitivas en el mercado global.
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